sábado, 18 de agosto de 2012

La Educación Financiera una llave que te abre las puertas de la libertad




     Hoy en día la educación financiera no es una llave maestra y exclusiva para los Inversionistas o Dueños de empresas. Me atrevería a decir, que es ella y solo ella, la que puede ofrecerte un sin fin de perspectivas esenciales, no solo para alcanzar tus sueños sino también al momento de decidir el equilibrio de un presupuesto familiar, los gastos en cuanto a la educación de tus hijos, la adquisición de una vivienda y hasta las Inversiones que realizas en las cajas de ahorros.


    Es aquí donde en efecto, queda claro que las personas han sido desde siempre las responsables en sus gestiones financieras diarias, estamos viviendo tiempos donde la educación financiera ya se considera algo sumamente relevante para el futuro de nuestros hijos. Realizar excesivos gastos en vacaciones o en muebles nuevos ya forma parte de un exhaustivo estudio y análisis desarrollando así la aplicación del IQ financiero, unos los perciben otros no tanto. Los que ya están concientes disfrutan paulatinamente del bienestar económico.


     Una cultura y buena educación financiera en tú vida, te ayudará a saber elegir que tipo de ahorros realizaras, que tipo de inversiones con ingresos pasivos son las más optimas. Este gran paso no solo te beneficia a ti y a los tuyos. Eventualmente será una fuerte repercusión en la banca, ya que ahora ellos son los que se deben adaptar a las nuevas necesidades, a cambiar sus productos si quieren sobrevivir. Y esto en efecto influirá en el crecimiento económico del país.

   Asumir los riesgos y no evadirlos forma parte de esta cultura, ser responsables y saber usar los instrumentos financieros tales como tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios, inversiones a plazo, adquisición de bonos, entre otros es uno de los tantos paradigmas superados. Lo más curioso y poco evidente para muchos es que un consumidor educado financieramente, puede ayudar a asegurar que el sector financiero aporte una contribución efectiva al crecimiento económico real de la nación y se logre por ende la reducción de la pobreza.

 Muchos autores y especialistas, atinan al mismo pensamiento “Los tiempos han cambiado, y hay que cambiar con ellos”. El viejo sistema de ir a la Universidad sacar grados y post grados, para conseguir un excelente trabajo y explotar el activo “TIEMPO” una y otra vez para conseguir incrementos y bienestar financiero es algo obsoleto. Los emprendedores saben muy bien que el dinero no es lo que vale, lo que vale es el tiempo, por eso ya no condenan su tiempo por el dinero condenan al dinero a trabajar para darles mas tiempo y libertad. 

    El objetivo de este articulo, no es juzgarte por haber estudiado o haber adquirido grandes logros, este articulo solo quiere darte un toque para que observes y depongas ciertas actitudes justificadas en las innumerables excusas que todos no ponemos para no crecer. Si siente que no ha logrado, esa añorada libertad no cruce los brazos, tome medidas, explore, investigue y crease a diario el hábito de educarse.

     Pero no se llene de conceptos aplíquelos, actúe y algo muy importante sea POSITIVO. Céntrese en sus prioridades y metas estoy segura que con buenas fuentes, espíritu indagador y pensamientos exitosos puede eventualmente tener esa llave que todos buscamos.

  En otras publicaciones estaré hablando de este y muchos otros temas relacionados a la educación financiera por lo pronto haré mención de algunas interesantes interrogantes dignas de ser contestadas:

ü      ¿Por qué es importante la educación financiera?
ü      ¿Cómo puede lograrse la libertad financiera?
ü      ¿Cómo crecer y crear cultura financiera?
ü      ¿Qué debemos hacer exactamente para empezar a estudiar las finanzas y beneficiarnos de ella?


Por lo pronto me despido no sin antes concluir con un interesante consejo de Robert Kiyosaki: “Siempre procura aumentar tu vocabulario financiero y mejorar tu inteligencia financiera; ello te permitirá identificar, analizar y aprovechar mejor las oportunidades.” Un cordial saludo

Atte.- Ana María Marrazzo

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