domingo, 1 de abril de 2012

Un cambio de 180º a 360º en su empresa, usted decide...


Si la indecisión sobre realizar algunos cambios en su organización es el sentimiento actual que le acompaña, o simplemente tiene la intuición de que algo no va encaminado y no sabe que será, seguramente después de leer este artículo, podrá al fin dar ese paso final para cambiar 180º o 360º su negocio


Cambio... temible palabra para muchos, definida en cualquier diccionario como “la acción de dejar una cosa o situación para tomar otra”. Es trascendencia sencillamente. Siendo algo tan fácil de entender ¿por qué la mayoría de nosotros nos resistimos a cambiar?
 Son muchas las personas emprendedoras que transitan en el mundo de los negocios con miras de poco alcance. Se entusiasman y justifican haciendo esta afirmación “quiero hacer dinero lo más rápido posible”. Y gigantescos son los casos donde el fin del negocio es ese. Por otro lado están los empresarios que mantienen una visión con el objetivo principal de crear empleos (ACTIVOS HUMANOS), sin reparar tanto en el beneficio inmediato. Saben, sienten, que el dinero llegará después, como consecuencia del trabajo constante. En efecto el dinero no debe ser el FIN debe ser la CONSECUENCIA.
 En el mundo actual y no es novedad, los individuos pertenecientes a un negocio, sociedad y hasta en las relaciones interpersonales, se resisten a los cambios, porque el solo hecho de abandonar una zona de comodidad a la que nos encontremos acostumbrados es una idea temible. El cambio lo vemos como algo incómodo, impredecible, algo que no parece seguro y casi siempre nos ocasiona incertidumbre.
 De alguna manera los seres humanos por herencia social antes de tomar una decisión importante lo primero que automáticamente pensamos es “en las consecuencias negativas”. Sucede generalmente seamos honestos. Es bueno saber que el cambio nos produce malestar pero... también es una OPORTUNIDAD REAL para MEJORAR nuestra SITUACIÓN
El trasfondo al que quiero llevarle es hacer de lado en forma consciente, esta negativa percepción. Como empresarios debemos eliminarles radicalmente al equipo de trabajo su temor de trabajar más y mejor, para poder hacer exitosa la modificación que necesitemos hacer en la organización
Es complicado pero no imposible quitarles los hábitos, no hay que pensar mucho en que estos levanten armas hacia nosotros por hacerlo, debemos comprender que la comodidad se les hizo costumbre y se mantienen así porque el conformismo está generalizado. Aquí viene la parte donde el riesgo al cambio, el experimento a lo nuevo, lo incierto o prometedor debe de ir relacionado con la modificación de resistencias para transformarlo en buena voluntad.
 ¿Y qué es la buena voluntad? Es actitud. ¿Y qué es la actitud? Es estar abiertos y receptivos a nuevas ideas, sentirnos estimulados, ver la transición como un reto y no como una amenaza. La actitud es la facultad que nos permite percibir el cambio como un proceso continuo y comprometernos con él. Ésa podría ser su definición.
La buena voluntad posee la capacidad también de tomar medidas. Entre ellas la más relevante es poseer un equipo de trabajo integrado por personas con actitud y no aptitud, para que los ritmos al momento de cambiar no sean tomados como imprevistos. El equipo debe ser capaz de evaluar el status quo, de planear el crecimiento.
 Hace poco escuche atentamente a un cliente que decía: “Mi negocio marcha bien no he perdido clientes y mi cartera vencida no ha incrementado mucho”. ¿Qué creen? No cabe duda que muchos confunden el tamaño de su negocio por la permanencia numérica de sus factores importantes, lo condenable en esta situación es la gran ignorancia o falta de previsión cuando se trata de luchar con el mundo exterior integrado por empresas que crecen más, condenándose con sus preceptos a ser empresas débiles e insignificantes.
 Considero que no existe situación más terrible  "la de un empresario que muere sin darse cuenta". "O ir en decadencia en un mundo cada día más global". ¡Debemos no!, ¡Obliguémonos! a profesionalizar nuestra operación de trabajo, anticipar los riesgos y planear adecuadamente los cambios. Responsabilicémonos en actuar sobre el entorno y no permitir que este haga lo contrario con nosotros.
 Como líderes, tenemos que dirigir en lugar de seguir a la competencia. Es costoso, claro que sí, pero vale la pena. Cito entonces la siguiente frase de Severo Catalina: “El cambio no sólo se produce tratando de obligarse a cambiar, sino tomando conciencia de lo que no funciona”. Hasta el siguiente articulo y no olvide. ¿Quiero crecer? Debo conocer ¿Quiero emprender? Debo innovar. Un cordial y afectuoso saludo.
                   Ana María Marrazzo (Contadora Público Independiente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario